En medio de las grandes comparaciones mediáticas, surge una que pocos habrían esperado: ¿podría un evento internacional de biodiversidad como la COP16 ser más relevante que la final de la Champions League? Aunque a simple vista puedan parecer mundos completamente distintos, esta pregunta no es tan extraña. El profesor Sergio Andrés Llano, biólogo, experto en conservación y docente de la Facultad de Ciencias de la Universidad El Bosque, ofrece una respuesta contundente: “Las decisiones que se tomen en la COP16 afectan directamente a toda la humanidad, mucho más allá del impacto efímero que deja un evento deportivo”.
El torneo de fútbol más prestigioso de Europa puede atraer a millones de espectadores y generar ingresos astronómicos, pero, como bien señala el profesor, su impacto se queda en el ámbito del entretenimiento y las emociones a corto plazo. Por el contrario, lo que se decide en la COP16 tiene la capacidad de cambiar la relación de los países con el medio ambiente y, por ende, su futuro. El profesor lo resume de forma clara:
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¿Qué es la COP16 y por qué nos debería importar?
La COP16, la decimosexta Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica, reúne a gobiernos de todo el mundo para acordar acciones concretas que preserven la biodiversidad del planeta. Estas reuniones bianuales son como asambleas globales en las que se discuten y adoptan medidas de obligatorio cumplimiento para los países firmantes. "Es como una asamblea de propietarios de un edificio", comenta, refiriéndose a la importancia de estos encuentros para llegar a acuerdos que beneficien al planeta.
El foco de la COP16 será la implementación del Marco Global de Biodiversidad post-2020, un conjunto de metas que busca detener la pérdida de biodiversidad y asegurar la sostenibilidad de los ecosistemas de aquí a 2050. El profesor Llano enfatiza en la urgencia de cumplir estas metas, comparando el evento con “un torneo de larga duración en el que lo que se juega no es un trofeo, sino el futuro de la vida en el planeta”.
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Pero, ¿por qué debería importarnos a nosotros, ciudadanos de a pie? “Porque la biodiversidad no es un tema lejano o exclusivo de los biólogos”, señala el docente. “Todos comemos biodiversidad, vestimos biodiversidad, dependemos de la biodiversidad para nuestras necesidades más básicas”. Las decisiones que se tomen en la COP16 tienen un impacto directo en la calidad del aire que respiramos, el agua que consumimos y los alimentos que llegan a nuestras mesas.
Paz con la naturaleza: el lema de Colombia para la COP16
El lema propuesto por Colombia para esta COP, "Paz con la naturaleza", no es casualidad. El país, que cuenta con una de las mayores biodiversidades del mundo, tiene un papel protagónico en esta conferencia. “Paz con la naturaleza refleja no solo la reconciliación entre los seres humanos, sino también con el entorno natural”, explica el docente. Después de más de cinco décadas de conflicto armado, la naturaleza también ha sido víctima de la violencia, y la paz con el entorno es una parte clave de la construcción de un futuro más sostenible.
Un ejemplo notable de esto es el descubrimiento de un vasto bosque de palmas de cera en Tolima, una región que estuvo vedada por años debido a la presencia de grupos armados. Este hallazgo representa una pequeña fracción de las riquezas naturales que Colombia puede proteger y que ahora, en tiempos de paz, pueden ser estudiadas y conservadas para el futuro.

Pero la paz con la naturaleza no es algo que se pueda lograr sin esfuerzos concretos. Según el experto, la biodiversidad está bajo constante amenaza debido a actividades humanas insostenibles. La minería ilegal, la deforestación, la expansión ganadera y la contaminación son solo algunos de los factores que están deteriorando los ecosistemas del país. "Cada día que pasa sin tomar medidas, se destruyen áreas vitales como el Parque Nacional Natural Chiribiquete", advierte el profesor. El reto no solo es conservar, sino encontrar maneras de aprovechar los recursos naturales de forma sostenible.
¿Cómo puede involucrarse la ciudadanía?
Si bien la COP16 es un evento de alto nivel en el que participarán gobiernos y expertos, insiste en que la ciudadanía también puede jugar un papel crucial. La zona verde de la conferencia estará abierta al público y ofrecerá la oportunidad de aprender sobre biodiversidad y cómo cada persona puede contribuir. Pero para aquellos que no pueden asistir, hay muchas formas de apoyar los objetivos de la COP desde casa.
“El primer paso es informarse”, señala el profesor. "Entender qué es lo que se discute y cómo esas decisiones nos afectan, desde la manera en que consumimos hasta las políticas que exigimos a nuestros gobiernos". Destaca que cada pequeño esfuerzo cuenta, y que si cada ciudadano toma mejores decisiones en su vida diaria, el impacto colectivo puede ser enorme.
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Las universidades y la COP16: un papel clave en la implementación
Un aspecto fundamental de la COP16 es cómo se aseguran los países de implementar los acuerdos alcanzados. Aquí es donde las universidades y las comunidades académicas tienen un rol clave. Según el biólogo, las instituciones educativas son fundamentales no solo para divulgar los resultados de la conferencia, sino también para liderar investigaciones y proyectos que apoyen los objetivos de biodiversidad. “Lo primero que las universidades deben hacer es enterarse de lo que se ha discutido y resuelto en la COP16”, comenta, quien destaca que la academia puede contribuir en múltiples áreas, desde la economía y el derecho hasta las ciencias exactas.
Las facultades de economía, por ejemplo, pueden desarrollar investigaciones sobre cómo optimizar el uso de los recursos financieros destinados a la conservación, mientras que las facultades de derecho pueden ayudar a traducir los acuerdos internacionales en normativas locales que aseguren su cumplimiento. En las ciencias naturales, los biólogos y ecólogos pueden continuar con proyectos de conservación que contribuyan al conocimiento y la protección de especies en peligro.

Pero el impacto de la COP16 no debe quedarse en las aulas o los laboratorios. “La divulgación es crucial”, enfatiza. Las universidades también deben involucrarse en la tarea de educar a la sociedad sobre la importancia de los acuerdos tomados en la conferencia, para que las decisiones se materialicen en acciones concretas a nivel local. De esta manera, la academia no solo actúa como observadora, sino como un actor clave en la implementación de políticas de biodiversidad.
¿Qué se ha logrado en las COPS anteriores?
Desde la primera COP de biodiversidad, celebrada en 1994, se han alcanzado varios acuerdos significativos, pero no siempre se ha logrado implementarlos al 100%. Uno de los grandes logros fue la adopción de las Metas de Aichi, establecidas en 2010 en Japón, con un horizonte hasta 2020. Estas metas incluyeron, entre otros objetivos, la designación de áreas protegidas para la conservación de la biodiversidad. Sin embargo, como recuerda el docente, no todos los países lograron cumplir con estos compromisos.
Según el Instituto Humboldt, aunque se ha avanzado hacia la meta 11 de Aichi respecto a la cobertura de áreas protegidas, la conectividad y representatividad siguen siendo insuficientes. En la región andina tropical (que incluye a Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela), solo una de cada cuatro ecorregiones ha logrado proteger y conectar más del 17% de su superficie. En el caso de Colombia, cerca del 17% de su territorio está bajo protección, pero aún no se ha cumplido plenamente con los objetivos de conectividad y diversidad ecológica establecidos en la meta.
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Sin embargo, para otros países, como Rusia o China, cumplir con este tipo de compromisos ha sido mucho más complejo debido a su vasto territorio y desafíos internos. Aquí radica uno de los grandes problemas de la COP: aunque se logran acuerdos globales, la implementación depende de las políticas y realidades de cada país.
En términos de logros concretos, la creación de nuevas áreas protegidas ha sido uno de los avances más tangibles. En Colombia, además de las áreas protegidas oficiales, han surgido las OMEC (Otras Medidas Efectivas de Conservación Basadas en Áreas), que permiten la participación de la sociedad civil y el sector privado en la conservación sin necesidad de que los territorios sean declarados áreas protegidas formales.
La COP16: más allá de un evento de negocios
Uno de los riesgos de grandes conferencias internacionales como la COP16 es que puedan ser percibidas como eventos de carácter económico o comercial, en lugar de encuentros para abordar soluciones a problemas globales. Si bien es cierto que la COP atrae turismo y oportunidades de negocios —gracias a la presencia de delegaciones internacionales, científicos y empresarios— subraya que el verdadero objetivo de la COP16 es mucho más profundo.
“No es un evento de negocios, aunque puede traer beneficios económicos para el país sede”, aclara. El foco de la COP debe estar en la conservación de la biodiversidad y en la adopción de medidas que ayuden a mitigar la crisis ambiental global. “Si las decisiones tomadas en la COP no se implementan adecuadamente, el impacto será mínimo. El reto es asegurarse de que estas decisiones se conviertan en políticas públicas efectivas”, agrega el profesor.

Para Colombia, la COP16 representa una oportunidad única de mostrarse al mundo como un país líder en biodiversidad y conservación. Señala que esta visibilidad es fundamental para atraer la atención internacional sobre los esfuerzos del país en temas ambientales. “Colombia tiene la oportunidad de ser un ejemplo, no solo por ser uno de los países más biodiversos del planeta, sino también por su capacidad de proponer soluciones innovadoras en términos de conservación”, explica.
El impacto a largo plazo
En cuanto a los resultados a largo plazo, insiste en que lo más importante es que los acuerdos alcanzados se implementen de manera efectiva. “De nada sirve hacer promesas si no se cumplen”, afirma el profesor. La COP16 puede tener un impacto real si los países toman en serio sus compromisos y actúan de forma decidida para cumplirlos. En este sentido, la presión de la sociedad civil y de la academia será crucial para asegurar que los acuerdos no queden en el papel.
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A largo plazo, lo que se decida en la COP16 podría influir en la supervivencia de miles de especies y en la calidad de vida de millones de personas. Si los países no logran frenar la pérdida de biodiversidad, los efectos podrían ser catastróficos. “Estamos hablando de garantizar la supervivencia de ecosistemas completos, que son esenciales para la vida humana. Sin estos ecosistemas, no habrá ni alimentos ni agua limpia”, advierte.
La COP16 es una oportunidad para cambiar el rumbo de la humanidad en su relación con la naturaleza. A pesar de los retos, el profesor se muestra optimista: “Si bien no será fácil, creo que estamos en un punto de inflexión. Si tomamos las decisiones correctas ahora, podemos asegurar un futuro más sostenible para las próximas generaciones”.