¿Cómo orientar a mi hijo para elegir una carrera universitaria?

Cómo guiar a un adolescente a elegir una carrera

Si tu hijo está cursando los últimos grados del colegio, seguramente le estarás orientando sobre qué carrera estudiar o, por lo menos, cuál es la más adecuada para él o ella. En esta medida, entenderás que no es una decisión fácil, ya que tendrá un impacto a lo largo de su vida.

En el proceso de elección de la mejor opción para su futuro profesional, los jóvenes recibirán asesoría de diversas personas de su entorno: padres, docentes e, incluso, orientadores vocacionales; lo cierto es que la decisión final está únicamente en sus manos.

Te preguntarás, ¿cómo puedes, desde tu rol de padre o madre, orientarlo para que tome la mejor decisión para su futuro? En este artículo te brindamos una guía práctica para que cumplas con este objetivo. 

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¿Cómo guiar a un adolescente a elegir una carrera?

El rol de los padres es muy importante, especialmente, en aquellos casos en los que el panorama es incierto, ya sea porque existe confusión o básicamente no hay opciones claras. Frente a estas situaciones, es clave acompañar a tus hijos en la búsqueda de posibles alternativas, lo que implica: 

  • Investigar: emplea herramientas digitales para buscar información sobre los programas de pregrado que más llaman la atención del futuro estudiante universitario, haciendo una revisión detallada de los planes de estudio que ofrecen las diferentes universidades. 
  • Participar en eventos: asiste con tu hijo a ferias universitarias, charlas y open days, para que en conjunto puedan conocer la oferta académica de distintas instituciones del ámbito nacional e internacional. Siendo a su vez una plataforma para interactuar con estudiantes o egresados que, desde su carrera, podrán compartir sus experiencias en las aulas y ejerciendo su profesión.  
  • Analizar el panorama: si bien es importante identificar qué carreras profesionales están mejor posicionadas en el mercado laboral, no es el único factor que debemos tener en cuenta. Por un lado, brindale a tu hijo un ambiente amable para que, si así lo desea, pueda elegir aquellas alternativas que le gustan y se le pueden dar bien. Más adelante, en caso de que la carrera que eligió tenga pocas posibilidades, puede continuar preparándose para enriquecer cada vez más su perfil profesional.   
  • Recibir asesoría: en algunos casos, ante la confusión es buena idea acudir a expertos que puedan brindar orientación vocacional y ocupacional a los jóvenes; los cuales les proporcionarán recursos para reconocer sus fortalezas y debilidades, ayudándoles a entender si las opciones que se han planteado son viables. 
  • Autoconocimiento: parte necesaria del proceso, es que los jóvenes hagan un trabajo de introspección para identificar cuáles son sus necesidades, gustos u objetivos. Invita a tu hijo a tomarse un tiempo de reflexión para que pueda visualizar, sin presiones y con más claridad, lo que espera y lo que no a futuro para su vida.    
  • Descartar opciones: anoten en una lista las carreras universitarias que, después del trabajo de investigación e introspección, consideren que cumplen con las preferencias del joven. Una vez hecho esto, tu hijo puede empezar por hacer un filtro para aclarar el panorama y preguntarse si desea cursar una carrera más teórica, técnica o práctica; cómo se visualiza profesionalmente, qué costo tienen estos programas académicos en las distintas universidades y cuáles son sus factores diferenciales.

¿Qué hacer si mi hijo no sabe qué carrera estudiar?

Que tu hijo o hija aún no tenga claro cuál carrera estudiar, también es un indicativo de estar asumiendo la situación con autonomía y responsabilidad. Desde esa perspectiva, mantén la calma e invítalo a explorar cada área que sea de su interés. 

Por lo contrario, si se encuentra desmotivado, es posible que esté experimentando mucha presión para tomar una decisión ágilmente y, de paso, temor a equivocarse. Frente a este escenario, despierta su tranquilidad haciéndole saber que está bien cambiar de camino profesional.

¿Cómo influye la vocación en el proceso?

En caso de que el joven tenga claras aquellas opciones que no desea estudiar; lo siguiente es buscar, más que una carrera profesional, una vocación. Como padre, durante el proceso, quizás te hayas preguntado: ¿cómo ayudar a mi hijo a encontrar su vocación? El joven debe disfrutar de lo que hace y sentirse motivado a seguir creciendo profesionalmente, independientemente de los obstáculos que puedan presentarse.

La vocación profesional se supone debe encender las pasiones, habilidades y objetivos de superación propios, desde el ejercicio de una carrera. Sin embargo, no hay una edad establecida para encontrarla; por lo que puede surgir en cualquier momento, a partir de las experiencias que se van viviendo.  

En esta medida, es posible afirmar que se ha encontrado una vocación cuando se logra un equilibrio entre la identidad y los anhelos personales; sintiéndose mucho más capaz de mostrar los talentos, al igual que actuar en favor de causas que realmente importan.

¿Cómo influyen los padres en la elección de carrera?

Puede suceder que los padres caigan en el error de convertir sus frustraciones en imposiciones, llevando a los hijos a estudiar la carrera universitaria que, desde su perspectiva, consideran mejor para ellos. Esta es una forma autoritaria y sesgada de abordar el panorama. Poner primero los intereses como padres, dejando de lado las habilidades e intereses de los jóvenes, es la actitud equivocada para contribuir en la elección de una profesión. 

Teniendo en cuenta que es una decisión que empezará a construir los cimientos para el futuro de tu hijo o hija, permíteles guiar autónomamente el rumbo de su vida, así cometan errores en el camino. En los primeros pasos, por ejemplo, puedes acompañarlos a descubrir sus gustos y destrezas; pero, una vez hayan elegido, lo mejor es darles tu apoyo.

Cuando los jóvenes se hayan decidido por una carrera y universidad, ten presente que el acompañamiento que les brindes como padre o madre debe ser más prudente; no los agobies con preguntas o intentes controlar cada paso que den. Por lo contrario, sé paciente, sigue su desempeño, hazles saber que confías en ellos y bríndales un espacio seguro al que puedan acudir si necesitan ser escuchados.